Panamá avanza en el 2021 con un escenario, que en el ámbito de la banca y de las finanzas, marca tendencias que apuntan a la normalización y el desempeño positivo si no crece el riesgo sanitario o leyes que impongan nuevas moratorias o topes a las tasas de interés.
Con una cartera cercana en abril 2021 a los $19,500 millones en créditos modificados, contra los $23,057 millones a febrero 2021, producto de la moratoria bancaria, se estima que cada vez más deudores normalicen sus pagos.
Las estadísticas de marzo de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) ya reflejan números alentadores con mejoras en el nivel de utilidades.
Por otra parte, el mercado de valores ha logrado mantener e incrementar su transaccionalidad, incluso en el 2020, en pleno escenario adverso de la pandemia.
Mientras, del lado de la experiencia digital del usuario, en un año se multiplicó por diez el número de transacciones por comercio electrónico y creció en 50% la cantidad de pagos sin contacto en los negocios físicos.
Estos temas fueron expuestos durante el foro Banca y Finanzas 2021, organizado por Capital Financiero y Connectax, con el patrocinio de Mastercard, AV Securities y St. Georges Bank.
Con palabras de bienvenida a cargo de José Cigarruista, director de Capital Financiero, participaron:
Amauri Castillo, superintendente de Bancos de Panamá, con la Situación del sistema bancario panameño y sus perspectivas para 2021.
Eddy Silvera, vicepresidente AV Securities, con Perspectivas del mercado de valores en Panamá en 2021.
Germán Rosón, gerente general de Mastercard para El Salvador y Panamá, con Impacto de la digitalización de las empresas en la tendencia de los medios de pago.
Análisis y perspectivas del sistema bancario
Amauri Castillo, superintendente de Bancos de Panamá, analizó las perspectivas del sistema bancario panameño y sus principales riesgos.
De manera general, recordó que al mes de febrero 2021, último informe disponible de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), los activos del Centro Bancario internacional totalizaron $130,437 millones. Con un comparativo interanual, suman 5.8% más que el mismo periodo del año 2020.
Los activos externos sumaron $58 mil millones y, en el caso de los activos líquidos externos, se potenciaron por las emisiones del Gobierno nacional para contar con fondos por posibles contingencias, lo cual “ha permitido generar una posición de estabilidad, conservadora, con meta de mantener la liquidez del sistema en una coyuntura compleja”, destacó el superintendente.
Con respecto a los depósitos locales, han crecido a una mayor tasa desde marzo 2020.
De manera fundamental son depósitos domésticos, con un promedio protagónico de los fondos oficiales (80%) y, en el caso de los particulares, corresponden a cuatro razones: ahorro precautorio (previsiones por la situación de la pandemia); ahorro forzoso (por las restricciones asociadas a la movilidad) por liquidación de la relación laboral y por redistribución de los recursos de parte de los deudores en sus cuentas, mientras pactaban la moratoria.
Al evaluar el estado de resultado febrero 2021, el Centro Bancario Internacional registró utilidades netas acumuladas a febrero 2021, de 48.5% menos, con un incremento de reservas por el orden de 36.5% para enfrentar los riesgos.
“En el rubro de rendimiento de depósitos, hay una caída importante a pesar de tener un crecimiento de colocaciones, y esto se debe a la disminución de las tasas de interés internacionales, con el descenso más importante registrado en los últimos tres años”, sostuvo el superintendente.
En relación con los créditos locales, resaltó una tendencia negativa a febrero 2021, salvo en el sector hipotecario, con un saldo de $54,143 millones, pero mejores expectativas en la medida que la economía vaya repuntando.
Conforme al informe de la SBP, “el más reciente índice de adecuación de capital sobre activos ponderados por riesgo es de 15.9%, incluyendo requerimientos de capital por los riesgos de crédito, mercado y operacional en atención a Basilea III, lo que supera marcadamente el mínimo regulatorio de 8% que requiere la Ley Bancaria”.
Pese a la coyuntura actual, “a la fecha los fundamentos del sistema bancario en conjunto muestran solidez”, resaltó Castillo.
En general, las estadísticas de marzo de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) ya reflejan números alentadores con mejoras en el nivel de utilidades y nuevos desembolsos en sectores como el agropecuario.
En relación con los créditos modificados, producto de la moratoria bancaria que busca conceder alivios financieros a los deudores, “a febrero de 2021 se sitúa en 41.4% de la cartera”, destacó el superintendente Castillo.
Afirmó que ya en el mes de abril este porcentaje marca una tendencia a la reducción: una importante cifra de deudores está normalizando el pago de sus obligaciones.
Una cartera de $19,500 millones en abril 2021 (contra los $23,057 millones a febrero 2021), para un total de 632,000 operaciones de crédito (contra 701,963 operaciones a febrero 2021), son indicadores que reflejan una tendencia positiva, indica el superintendente.
Al evaluar los riesgos, el superintendente observa dos escenarios: el sanitario y el político.
El riesgo sanitario sería bajo si el índice de positividad es inferior al 5%; si supera o llega al 9% el riesgo sería medio y si pasa del umbral del 9%, alto.
En el caso político, las amenazas derivarían si proyectos de ley intentan prolongar la moratoria o imponer topes en las tasas de interés, “lo cual podría desencadenar problemas en la banca, en las empresas y las personas, excluyendo o limitando el acceso al crédito”.
El superintendente subraya que existe un movimiento comercial positivo, sin embargo, ante la persistencia del virus, todavía es difícil retomar los índices de 2019.
Del lado financiero, “muchas personas irán a sus bancos para comenzar a pagar sus deudas, no obstante, ante las cifras de desempleo,un porcentaje no podrá amortizar”.
Insta a clientes y consumidores a conversar con sus bancos y documentar la afectación para que se puedan encontrar soluciones conforme a la nueva realidad del deudor y su capacidad de pago.
Estamos seguros, sostuvo, que los bancos generarán soluciones de largo plazo, más allá del 30 de junio de 2021, para aquellos clientes que todavía estén afectados.
De igual modo, reconoce el papel del Estado en el sentido de actuar como “el gran facilitador en la interacción entre los agentes económicos”.
Crecimiento positivo del mercado bursátil
El desempeño de la Bolsa de Valores en Panamá, durante 2020, marcó en positivo a pesar de la pandemia, con un crecimiento de 52% en la negociación de valores en el mercado secundario ($2.1 billones) de manera comparativa con 2019.
Este impulso procedió del lado de instrumentos de la República de Panamá.
Entre otros hechos relevantes, Eddy Silvera, vicepresidente de AV Securities, quien conversó acerca de las Perspectivas del mercado de valores en Panamá en 2021, destaca un volumen negociado por $8.13 billones, con un 70% en el mercado primario, de manera principal en el lado corporativo.
De igual modo, 30 emisiones corporativas listadas por $4.7 billones y colocadas por $3.4 billones.
Silvera mostró un completo panorama de los participantes del mercado de valores de Panamá, que aglutina más de 62 casas de valores, con montos transados en 2020 por $82.5 billones (crecimiento del 3%), con predominio de los bonos (49.8%).
El analista indica que estas cifras reflejan que el mercado de valores “ha logrado mantener e incrementar su transaccionalidad”, a pesar de la circunstancia de la pandemia.
De hecho, las emisiones registraron un incremento de 105% en 2020, de manera comparativa con 2019, con un crecimiento de 79% de emisores nuevos y mayor protagonismo del sector corporativo.
Detalló que el regulador aprobó acuerdos para impulsar la transformación digital y de este modo lograr un sistema de mercado de valores más competitivo.
Tres emisiones fueron las “estrellas” de 2020: la de AES, al colocar $1,380 millones en bonos en el mercado internacional a través de la BVP; la de BAC Credomatic por $700 millones y la del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con la emisión de $50 millones en el mercado de valores panameño, con un plazo a 30 años, “el más largo emitido por una multilateral y como parte de su labor de estimular el mercado de capitales en Centroamérica”.
Silvera hizo énfasis en el incremento de pagos en 2020: 49% de manera comparativa con 2019, lo cual “refuerza la solvencia y calidad crediticia de los emisores a pesar de la pandemia”.
Valoró el papel del regulador en la facilitación de los acuerdos y la modificación de términos de pagos de los emisores, en el contexto de la nueva realidad impuesta por el COVID-19.
El experto considera que en Panamá se abren nuevas oportunidades de negocios para inversionistas y emisores, en la perspectiva de constituir el país una jurisdicción atractiva y segura para los inversionistas.
Hacia un mundo digital
Germán Rosón, gerente general de Mastercard para El Salvador y Panamá, abordó el Impacto de la digitalización de las empresas en la tendencia de los medios de pago.
Resaltó que Panamá se convirtió en el primer país de América Latina y el Caribe en firmar una alianza con Mastercard, con el objetivo de impulsar la agenda digital del Gobierno, con beneficios específicos como acelerar la inclusión financiera, apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas y modernizar los pagos en el sistema de transporte público.
Este paso adelante de Panamá, desde su visión de potenciar el hub digital, se corresponde con varias tendencias en el mundo y en Panamá:
– Comercio electrónico. En un año de pandemia se hizo la tarea correspondiente a diez años. Es decir, en un año se multiplicó por diez el número de transacciones.
Del lado del usuario decidió aprender a pagar por internet, mientras los comercios han asumido el desafío de cómo digitalizar, vender en línea, hacer logística de entrega y marketing de sus productos.
Una segunda tendencia, es el avance de los pagos sin contactos. En Panamá, más del 50% de los pagos en negocios físicos se hacen por el sistema contactless.
La tercera tendencia es la mayor presencia de las micro, pequeñas e incluso medianas empresas en el mundo digital: antes vendían en efectivo; ahora aprovechan estos canales.
La cuarta tendencia es una consecuencia de la mudanza al mundo digital: la mayor necesidad de aplicar estrategias de ciberseguridad para que la migración a lo digital no comporte un riesgo, con enfoque en los recursos de la inteligencia artificial.
Una quinta refleja el interés de los gobiernos por apalancarse en sistemas y soluciones digitales para gestionar respuestas a sus ciudadanos.
El gerente general de Mastercard para El Salvador y Panamá, explica, al respecto, que han apoyado el ecosistema de pagos en varios países para gestionar los apoyos sociales a propósito de la pandemia.
En Panamá es un memorando único de acuerdo integral que no solo incluye la parte social; involucra ciberseguridad, apoyo a las Mipymes, tránsito y turismo, entre otras áreas.
Resalta que el foco es la inclusión financiera, alcanzar al panameño que todavía no tiene una cuenta o no logra acceder a los pagos digitales, en el contexto de un momento protagónico de las nuevas tecnologías y las soluciones innovadoras, llamadas a pensar en la gente.
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