Del escepticismo de Buffett al boom de los Trump: ¿por qué las criptos siguen vivas?
- Eddy Silvera
- 8 sept
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Por:
Eddy Silvera | Asesor Financiero | Panamá

Warren Buffett, considerado el “oráculo de Omaha”, ha sido uno de los críticos más fuertes del Bitcoin y de las criptomonedas en general. Desde hace más de una década las ha descrito como un “activo sin valor intrínseco” e incluso llegó a calificarlas de “veneno para ratas al cuadrado”. Para él, son una apuesta especulativa destinada a un mal final.
Y, sin embargo, el mercado cuenta otra historia.
En pleno 2025, no solo vemos al Bitcoin consolidado como el activo digital más importante, con participación institucional cada vez mayor, sino que nuevas generaciones de inversionistas —y hasta figuras políticas— están construyendo fortunas alrededor de las criptos.
Un ejemplo reciente y llamativo es el de Eric Trump, segundo hijo mayor de Donald Trump, quien este año participó en la creación de una criptoempresa que ya lo ha convertido en multimillonario. Eric posee alrededor del 7,5% de American Bitcoin Corp, compañía que debutó esta semana en el Nasdaq tras formarse con poco más que la tecnología de otra firma y un aluvión de papeleo.
El resultado ha sido explosivo: su participación está valorada en más de US$600 millones, luego de que las acciones de la empresa se dispararan en su primer día de cotización, llegando a duplicarse al inicio de la sesión antes de estabilizarse cerca de los US$9,73 en Nueva York.
La empresa asegura que acumulará Bitcoin utilizando maquinaria en Nueva York, Alberta y Texas, provista por otra criptofirma llamada Hut 8 Corp. Este caso, además de reflejar la facilidad con la que nuevos vehículos empresariales pueden entrar en la industria, subraya algo más profundo: el interés de familias políticas influyentes por capitalizar el boom cripto.
¿Por qué las criptos siguen siendo atractivas a pesar del escepticismo?
1. Narrativa de “nuevo oro digital”
En un mundo donde la inflación, la deuda pública y la incertidumbre geopolítica no dan tregua, Bitcoin y otros activos digitales se presentan como una reserva alternativa de valor.
2. Acceso global y descentralización
A diferencia de los mercados tradicionales, cualquier persona con un smartphone puede acceder a criptomonedas. Esa accesibilidad —sumada a la descentralización— mantiene viva la demanda.
3. Innovación constante
Desde stablecoins reguladas hasta nuevas altcoins enfocadas en pagos o en contratos inteligentes, el ecosistema se renueva constantemente, atrayendo tanto a especuladores como a grandes corporaciones.
4. Institucionalización creciente
ETFs de Bitcoin, bancos globales probando stablecoins, y ahora hasta la creación de reservas estratégicas nacionales de BTC en EE. UU., le dan un estatus que hace unos años era impensable.
5. El atractivo de las “historias de éxito”
Cada vez que un inversor, empresario o celebridad multiplica su fortuna gracias a las criptos, la narrativa se refuerza: “Si ellos pudieron, yo también puedo”. El caso de Eric Trump es el ejemplo perfecto de esta dinámica.
Buffett vs. la nueva generación

La crítica de Buffett no ha desaparecido y, en parte, tiene fundamento: la volatilidad extrema y la falta de flujos de caja tradicionales hacen que las criptomonedas no encajen en la lógica del value investing.
Pero el contraste es claro: mientras Buffett defiende la seguridad de negocios probados, una nueva generación de inversionistas, emprendedores y hasta políticos están capitalizando la oportunidad en el mundo cripto.
Reflexión final
¿Quién tiene la razón?
Quizás ambos: Buffett, al recordar que el riesgo y la especulación son reales; y los nuevos actores, al demostrar que la innovación financiera abre puertas que los mercados tradicionales nunca ofrecieron.
Lo cierto es que, independientemente de la postura que tomemos, las criptomonedas ya dejaron de ser una moda pasajera. Hoy son parte de la conversación global en finanzas, política y tecnología.
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